miércoles, 22 de noviembre de 2006

VIVO EN UN PAIS LIBRE

Quise empezar esto citando a Silvio Rodríguez, pero que esto no mueva error, sé que Silvio cree de verdad vivir en un país libre, cosa que no comparto para nada. Yo de verdad no creo vivir en uno.
Vivimos el horror de 17 años de una dictadura horroroza y algunos de verdad nos pusimos las pilas para terminarla, nuestros premios fueron prisión y tortura, a pesar de lo cual y afortunadamente algunos hemos evolucionado, ya han pasado demasiados años, y creemos que el dictador debe pagar por sus delitos, por asesino, por torturador, por ladrón, por care raja aunque eso no sea delito, y ponerle con eso punto final a esta larga temporada de odios y rencores tan añejos. La dictadura terminó, recuerdo cuando salí a las calles a gritar junto a miles de personas la palabra "Libertad" a todo lo que me daban los pulmones y creí en la veracidad de esa palabra, a veces puedo ser ingenuo.
La Libertad, a mi modesto entender, es más que votar cada cierto tiempo por alguien que invariablemente termina por no cumplir nada de lo que prometió. La Libertad tiene que ver con las pequeñas cosas, con lo cotidiano, con el derecho a hacer lo que se te antoje con tu vida siempre y cuando eso no perjudique a la sociedad en que vives, para eso son necesarias, lo admito, ciertas normas y leyes, pero leyes racionales y justas no inspiradas en moralismos añejos y baratos.
Hace muchos años una de mis bandas favoritas, Iron Maiden, anunció por fin visita a nuestro país, obviamente me preparé para verla, pero para mi horror su visita fue cancelada por la santa intervención de la inquisición, esto es un buen ejemplo de la libertad que se vive en mi país, los que no somos católicos nos tenemos que bancar lo que esa iglesia determine, yo al menos jamás he tratado de que algún católico viva según mis pensamientos, lo mínimo que espero es la misma consideración. Si los católicos no quieren consumir Postinor 2, no quieren divorciarse por apariencias, prefieren no tener sexo a usar condón, allá ellos, bien por ellos, pero dejen que los demás decidamos lo que queremos hacer al respecto sin temor a ser quemados en la hoguera. Lo peor es que estamos regidos por un código penal que data del siglo XIX y que fue hecho por tipos que su primera premisa era temerle a Dios, cosa que permite a instituciones religiosas recurrir a resquicios legales para imponer su moralina añeja a todo el mundo.
Pero la cosa no para ahí, en lo religioso, a las autoridades laicas encabezadas por una presidenta agnóstica no se les mueve un pelo ante los constantes atropellos a las libertades individuales que se cometen día a día en todos los ámbitos de nuestra sociedad. En éste país los empresarios, especialmente en el área del comercio, aún imponen el uso del pelo corto en los hombres y largo en las mujeres, como en la mejor época victoriana, ni hablar de que un hombre use un arete e incluso que se deje barba, atropellando todas las leyes vigentes sobre discriminación a vista y paciencia de todo el mundo. Para comprobar ésto basta que la próxima vez que compren en un supermercado LIDER o JUMBO se fijen, todos los varones con el pelo cortito y todas las mujeres con el pelo tomado, si piensan que esto es por voluntad propia, entonces los ingenuos son ustedes.
Los municipios son tema aparte, tengo 47 años y si un día cualquiera se me ocurre tomarme un copete en mi casa a la 1 de la mañana, estoy frito, por ordenanza municipal, las botillerías cierran a las 12, si pregunto por qué: soy insultado. Claro, se me responde que es para frenar la delincuencia, como si el tomarme un trago me convirtiera instantáneamente en un cogotero, lanza o violador, sin tomar en cuenta el hecho de que un delincuente va a delinquir sobrio o curado sólo por el hecho de que él eligió ser delincuente y por favor no me vengan con la monserga de las desigualdades sociales, primero por que no es el tema que estoy tratando acá y segundo por que la gran mayoría de los pobres de éste país son gente digna que se saca la cresta trabajando por sueldos miserables y no salen a asaltar a nadie.
Ahora ni siquiera puedo ir al estadio, si mi equipo llega a jugar mal y por los nervios quiero prender un cigarrito, me fregué no más, no tengo derecho ni siquiera a agarrarme el cáncer que se me antoje si se me da la regalada gana, si camino fumando y sin darme cuenta paso frente a un colegio corro el riesgo de recibir las penas del infierno, y suma y sigue.
Ahora la embestida viene contra la comida chatarra, un tema que a todas luces debe ser decidido, a mi entender, por cada familia y no imponer a cada ciudadano que comer cuando y donde, decisión que debiera ser libre y soberana, como el beber alcohol y el fumar, o el usar el pelo como a cada uno se le antoje o llenarse de piercings , siendo mayor de edad por cierto, pero no es así. ¿Qué viene ahora? ¿Se nos impondrá a todos vestirnos iguales si alguna vez se comprueba que la ropa de algodón blanco es saludable?¿Se convertirá el estado con la venia de la iglesia en una suerte de Gran Hermano? el solo pensar en ello me provoca terror, y con razón.
Sólo para terminar con un tema peludo no puedo dejar de referirme a la droga, que en realidad es un flagelo, pero no por lo que dice CONACE y la moralina de la iglesia, es un flagelo por lo que se genera a su alrededor, el tráfico, la delincuencia, el enriquecimiento ilícito, el consumo de basura con altos componentes adictivos. Los organismos gubernamentales gastan millones de pesos en campañas de prevención, folletos, rostros televisivos en una parafernalia hipócrita y cara, si la solución es tan simple, despenalización.
Por favor no se horroricen, si hasta Milton Friedman, reconocido economista, el padre de los chicago boys, lo aconseja. Si la droga se despenaliza entra al mercado, sube la calidad, bajan los precios, se acaba el tráfico y se regula su venta solo a adultos. La ley hoy es una hipocresía, no penaliza el consumo, pero penaliza la compra y el autocultivo, o sea no cultives marihuana pues es delito, compra a escondidas marihuana paraguaya prensada con parafina o neoprén, pasta base de cocaína y has pebre tu cerebro de paso enriqueciendo al traficante de tu barrio.
Lo anterior también sirve en un pais en donde cada año mueren miles de mujeres por abortos clandestinos sin que nadie haga nada, despenalicen. Si las mujeres católicas no están de acuerdo, que no lo hagan, tienen esa libertad y yo defenderé hasta el final esa libertad, sólo pido que por favor defiendan la mía.
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Hugo Malasangre
Militante PS
Lo Prado